Siempre me ha fascinado la forma en que las personas interactúan con el mundo. Mi camino no ha sido para nada lineal, sino más bien un mapa lleno de puntos de conexión. Ahora, entrevistar a personas y entender sus historias me está llevando a otro nivel de exploración.
Me mueve descubrir qué motiva a las personas, qué las inspira o cuáles son los sueños que las sostienen y las impulsan a seguir adelante. Cada conversación es un mundo: único, a menudo inesperado y lleno de emociones ajenas que construyen una historia. Y a mí me gustan eso, las historias.
Este camino, que llevo mucho tiempo explorando, combina mi amor por las palabras, la variedad de puntos de vista, la curiosidad constante por observar desde diferentes perspectivas y mi manera de construir puentes, aunque a veces sean solo unos segundos de conexión entre dos vidas que se cruzan al azar. Siempre prefiero dejar que el proceso me sorprenda.
Quizá lo más bonito de todo esto sea entender que, al recoger estas historias conmigo, también voy reescribiendo la mía.
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